Trucos para limpiar el marfil

Cómo limpiar los mangos de los cuchillos de marfil
Aunque el carey, el marfil y muchos tipos de hueso ya no se utilizan, con razón, en la fabricación de objetos decorativos, durante muchos siglos su belleza y maleabilidad los convirtieron en materiales muy codiciados para decorar desde joyas hasta muebles.
Todos estos materiales deben almacenarse protegidos de la luz solar directa. (Esto es especialmente importante en el caso del carey, ya que la exposición prolongada a la luz ultravioleta provocará un agrisamiento y enturbiamiento permanentes del material). Todos deben conservarse a una temperatura uniforme y moderada, y hay que procurar que el ambiente no sea demasiado seco. (Poner un vasito de agua junto a una talla de marfil, por ejemplo, ayudará a protegerla para que no se agriete ni se parta). No almacene ninguno de estos materiales cerca de calefactores y manténgalos alejados de materiales de colores fuertes.
Aunque el carey, el marfil, el hueso y el nácar proceden de fuentes diferentes, todos son materiales naturales y pueden dañarse fácilmente con una limpieza inadecuada. Deben utilizarse siempre técnicas de limpieza de conservación no invasivas.
Productos de limpieza Ivory
Hoy en día es difícil encontrar marfil nuevo y auténtico, por lo que la mayoría de los artículos de marfil, como adornos, teclas de piano y mangos, son antigüedades. Con la edad y el uso, estas viejas piezas de marfil tienden a amarillear. Si intenta devolver a estos objetos su color original utilizando productos de limpieza domésticos comunes, se encontrará con una ardua batalla. Si utiliza lejía, puede dañar los objetos irreparablemente. Pero hay un viejo truco de limpieza que funciona de maravilla con el marfil, y no hace falta ir más allá de la despensa para utilizarlo.
Sujeta la mitad de un limón con la mano y utiliza la parte salada para frotar el marfil amarillento. Exprime el limón muy suavemente mientras trabajas para liberar una pequeña cantidad de zumo. Si es necesario, aplica más sal al limón mientras frotas.
Empapa un paño suave en agua limpia y escurre el exceso. Utiliza el paño húmedo para limpiar todas las superficies del objeto de marfil. Llega hasta las grietas y hendiduras más estrechas. Cuando hayas eliminado todo el zumo y la sal, deja que la pieza se seque al aire.
Cómo pulir colmillos de marfil
¿Cuántos de ustedes tienen joyas, piezas de ajedrez, figuritas o teclas de piano de marfil y no tienen ni idea de cómo limpiarlas? Hemos consultado varias fuentes para saber cómo cuidar el marfil, y aquí van algunos consejos:
- Si quieres "limpiar" el marfil, humedece un paño limpio o una toalla de microfibra con agua y pásalo por la superficie. No empape el marfil y séquelo bien. Por supuesto, si tu marfil está roto o frágil, acude a un conservador profesional.
Yo guardo una caja de pañuelos vacía junto a la caja recién abierta. Se convierte en un práctico receptáculo para los pañuelos usados que, de otro modo, se quedarían en la mesita de café o en la mesilla de noche. Se tira a la basura cuando se abre la siguiente caja.
Qué hacer con el marfil heredado
Envejecer ya no es tan malo. Este año puedo alquilar un coche sin cargos excesivos por tener menos de veinticinco años. Cuando tenga treinta podré decir que he vivido tres décadas enteras. Cuando tenga cuarenta podré convertirme en un puma. Y a los cincuenta empieza toda una segunda vida. Sí, me encontraré con algunas arrugas y daños por el camino, pero la edad es valiosa. Lo mismo ocurre con el marfil envejecido. Hoy en día, si tienes marfil nuevo, es posible que te miren mal y que PETA te haga llamadas igualmente desagradables. El marfil antiguo es otra historia. A estas alturas ya se habrá dado cuenta de que su marfil ha amarilleado con el tiempo e incluso puede que esté sucio y polvoriento. El amarilleamiento del marfil viene con la edad y puede añadirle valor, pero la suciedad y el moho... no tanto. No te preocupes; limpiar el marfil puede ser sencillo con los materiales adecuados.
Ve a ver al Maestro, saltamontes. Todos los oficios tienen un maestro. Si tienes una pieza de marfil excesivamente sucia, con moho o rota, no dudes en llamar a un profesional. Un profesional puede evaluar mejor lo que su pieza de marfil necesitará para volver a su antiguo esplendor. Puedes llamar a tu museo local para que te recomienden a un profesional o buscar en Internet empresas que se dediquen a la restauración. Cuando busque en Internet, asegúrese siempre de comprobar las credenciales de la empresa y las opiniones de los clientes. Ahora, vete en paz y que el marfil limpio te acompañe.